¡Inmigrante, Hispano, Protector de los Míos!

Abogado de Inmigración en Estados Unidos

¿Está el futuro de Estados Unidos en manos de los inmigrantes?

Contenido

Durante décadas, los inmigrantes han sido pieza fundamental en la construcción de Estados Unidos. No solo han aportado mano de obra en sectores clave, también han contribuido a la cultura y diversidad social. Sin embargo, un reciente informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) vuelve a encender las alarmas sobre el papel decisivo que tienen los migrantes en el futuro del país. 

 La advertencia llega en un momento de gran tensión política: las medidas impulsadas por el presidente Donald Trump para endurecer la migración y frenar el ingreso de nuevos residentes pueden tener un efecto contrario al que se promete. En lugar de fortalecer a la nación, podrían limitar su crecimiento poblacional, reducir su fuerza laboral y acelerar el envejecimiento de la población. 

 

Un país que crecerá menos de lo previsto  

De acuerdo con las últimas proyecciones de la CBO, la población de Estados Unidos en el año 2055 será de 367 millones de personas, lo que significa casi 5 millones menos de lo que se había calculado anteriormente. Esta diferencia puede parecer pequeña frente al total, pero en términos económicos y sociales es enorme.  

Detrás de esta desaceleración hay tres factores principales:  

  1. Políticas migratorias más duras. La llamada One Big Beautiful Bill Act (OBBBA), conocida en español como Gran Maravilloso Proyecto de Ley, refuerza el presupuesto para deportaciones, control fronterizo y centros de detención, lo que reduce la llegada de nuevos inmigrantes.
  2. Menos nacimientos. A partir de 2031 los fallecimientos superarán a los nacimientos en el país, un cambio que se esperaba más adelante, pero que ahora llegará antes. Esto significa que, sin la llegada de inmigrantes, la población no crecería.
  3. Dependencia de la inmigración. Desde ese mismo año (2031), el único motor del crecimiento poblacional será la llegada de migrantes, lo que confirma la fuerte dependencia de Estados Unidos de este grupo para mantener su población activa.

Las cifras no dejan duda: entre 2026 y 2029 se proyectan 290.000 expulsiones de inmigrantes y al menos 30.000 salidas voluntarias. En paralelo, Trump ha prometido llevar a cabo la operación de deportación más grande en la historia de Estados Unidos, con la meta de expulsar a más de 10 millones de indocumentados. Además, la CBO calcula que, durante ese mismo periodo, un promedio de 50.000 inmigrantes estará detenidos cada día. 

 

Consecuencias directas en la mano de obra y en impuestos   

La disminución de la población en edad de trabajar podría desencadenar serios problemas para la economía. Según las proyecciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso, la reducción del grupo entre los 25 y 54 años, el segmento más activo de la fuerza laboral, impactará de forma directa a sectores clave como la agricultura, la construcción, el turismo y los servicios.  

Esta reducción se traduciría en escasez de mano de obra en actividades esenciales para la economía, lo que repercutiría en el aumento de precios, ya que los costos de producción se encarecerán por falta de trabajadores.  

Otra de las implicaciones sería tener menos contribuyentes para programas clave como Medicare y el Seguro Social, que dependen de los impuestos de los trabajadores inmigrantes para sostenerse.  

El panorama es claro: menos inmigrantes significa menos trabajadores y por ende menos producción, lo que finalmente desencadenará en más presión sobre un sistema que ya enfrenta el envejecimiento acelerado de la población. 

 

La “Big Beautiful Bill’, otro golpe a la llegada de inmigrantes a EE. UU.   

La One Big Beautiful Bill Act (OBBBA) o el la Ley grande y hermosa del gobierno Trump fue presentada como un proyecto para reforzar la seguridad nacional, pero en la práctica tiene un impacto directo sobre millones de inmigrantes. Según un análisis del Centro Nacional de Leyes de Inmigración (NILC por sus siglas en inglés) esta ley destina más de 75 mil millones de dólares a infraestructura y operativos migratorios:  

  • 45 mil millones para centros de detención, incluso para encierros familiares prolongados e indefinidos. 
  • 32 mil millones para redadas y deportaciones, ampliando la capacidad del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés). 

El NILC nos recuerda que, la ley también introduce disposiciones que transforman de manera directa la vida de los migrantes. Entre ellas se encuentran: el establecimiento de nuevas tarifas para solicitudes de asilo y permisos de trabajo, en muchos casos sin opción de exención, incluso para personas en situación de extrema vulnerabilidad.   

A lo anterior se suma la imposición de sanciones a quienes crucen la frontera por fuera de los puertos oficiales, la autorización para detener indefinidamente a familias migrantes y acelerar la deportación de menores no acompañados; y la aplicación de requisitos más estrictos para los patrocinadores de niños, lo que dificulta y desincentiva su acogida en un entorno seguro. 

 

El panorama incierto para el futuro  

El informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) deja en evidencia una gran contradicción: mientras el discurso político del gobierno insiste en cerrar las puertas y frenar la inmigración, los datos muestran que el futuro demográfico y económico de Estados Unidos depende cada vez más de los inmigrantes.  

Como abogado de inmigración no puedo evitar preguntarme si será sostenible una estrategia que expulsa y limita a quienes garantizan el crecimiento del país o si estas políticas terminarán llevando a Estados Unidos a una crisis social, económica y poblacional que podría poner en riesgo su liderazgo mundial en las próximas décadas, la respuesta solo el tiempo nos la dirá.  

Comparte este artículo