
El sistema de tribunales de inmigración en Estados Unidos está ante una crisis judicial sin precedentes que enfrenta EE. UU., con retrasos extremos y una acumulación de casos que amenazan el derecho al debido proceso. Las cifras no mienten: existen más de 3,8 millones de casos pendientes y el tiempo de espera promedio ya alcanza los 636 días, es decir, casi dos años de incertidumbre, solo para algunos de los procesos.
El colapso estructural podría traer graves consecuencias jurídicas. Mientras el número de casos presentados ante las cortes de inmigración disminuyó un 1,6% entre diciembre de 2024 y febrero de 2025, los retrasos procesales en términos de asilo aumentaron un 8%, lo que evidencia una crisis judicial sin precedentes que enfrenta EE. UU. lo que lleva a fallas sistémicas que van más allá de la simple acumulación de expedientes.
Según datos de TRAC Immigration, se han registrado casi 150 mil casos adicionales. Actualmente, más de 1,9 millones de inmigrantes han presentado solicitudes formales de asilo y esperan una audiencia o una decisión.
«Estamos viendo cifras alarmantes que reflejan un sistema completamente desbordado. Si bien las deportaciones han aumentado, el debido proceso sigue siendo un derecho fundamental que debe protegerse», señaló el abogado de inmigración Héctor Quiroga, de Quiroga Law Office, PLLC.
Un sistema que trabaja a cámara lenta
La lentitud en los procedimientos se ha convertido en un denominador común. Tribunales en ciudades como Nueva York, Miami y Orlando están entre los más saturados, con retrasos que superan los 100 mil casos en cada una de estas jurisdicciones. En Nueva York, por ejemplo, la acumulación de solicitudes ha rebasado los 200 mil.
«El sistema judicial no está preparado para manejar esta cantidad de solicitudes. Esto no solo perjudica a los solicitantes de asilo, sino que también afecta la eficiencia del sistema en general. Cada retraso significa que un inmigrante puede esperar años para conocer su destino, especialmente en un contexto donde se han registrado despidos de jueces y presiones para que otros renuncien», explicó el abogado Quiroga.
El desafío de obtener asilo en tiempos de incertidumbre
A pesar del colapso del sistema, un dato alentador es que el 68.7 % de los inmigrantes que llegaron a la fase final de sus audiencias en febrero de 2025 lograron obtener asilo. Sin embargo, esta es una victoria reservada para pocos, ya que solo una pequeña fracción de los solicitantes llega a esta etapa.
Al respecto, el abogado de inmigración Héctor Quiroga advirtió: «El problema es que muchos inmigrantes no alcanzan la audiencia de mérito porque el proceso es extremadamente largo y complejo. La gran mayoría desiste o enfrenta barreras legales insuperables».
Gran parte de los solicitantes desconoce sus derechos o carece de representación legal adecuada. Las estadísticas muestran que quienes cuentan con un abogado tienen mayores probabilidades de éxito. No obstante, la falta de acceso a recursos legales sigue siendo una barrera infranqueable para miles.
¿Qué viene ahora en esta crisis judicial sin precedentes que enfrenta EE. UU.?
Con el endurecimiento de las políticas migratorias bajo la administración de Donald Trump, el panorama podría empeorar, acelerándose las deportaciones exprés. En febrero de 2025, el 59,6 % de los casos procesados terminó en deportación o salida voluntaria, aunque solo el 1 % estuvo relacionado con actividades delictivas.
En medio del oscuro panorama que revelan las cifras y los plazos interminables, vale la pena preguntarse: ¿Hasta qué punto un sistema colapsado puede seguir operando? Los años de espera y las deportaciones aceleradas no solo reflejan ineficiencia, sino también el riesgo de convertir el debido proceso en una mera ilusión.
El verdadero éxito de un sistema no está en su capacidad para generar estadísticas, sino en garantizar que nadie quede atrapado en el limbo de una espera interminable.
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