Gobierno de EE. UU. reconfigura el control migratorio: ¿ICE asumirá tácticas de CBP para aumentar los arrestos de inmigrantes?, te lo cuento en esta investigación
Contenido
El gobierno de EE. UU. se encuentra en un proceso de reconfiguración del control migratorio y la principal razón sería el bajo rendimiento de ICE respecto a las expectativas de la administración, pues, aunque alcanzó aproximadamente 1.178 arrestos diarios, la meta era de 3.000. La Casa Blanca está viendo con buenos ojos el refuerzo y la reorientación del papel de la Patrulla Fronteriza hacia el interior del país.
CBP, tradicionalmente, se ha enfocado en las operaciones de aduanas y protección en los límites territoriales, pero ahora, según las últimas movidas, el objetivo es que lidere operaciones dentro de las ciudades estadounidenses, ¿estamos ad-portas de ver con mayor intensidad helicópteros sobrevolando vecindarios, incursiones en complejos residenciales y arrestos más severos en cercanías a comercios o estacionamientos?
¿Cuál es el actual límite de acción de CBP?
La operación de la Patrulla Fronteriza dentro del territorio estadounidense está regulada por normas federales y tiene límites geográficos precisos. Por ley, CBP puede realizar operaciones migratorias dentro de una franja de hasta 100 millas desde cualquier frontera terrestre o costa de Estados Unidos.
La disposición está establecida en el Título 8 del Código de Regulaciones Federales, que define el “área razonable” en la que los agentes migratorios pueden realizar inspecciones y detenciones sin orden judicial.
Eso significa, en la práctica, que CBP tiene autoridad legal para operar sin orden judicial previa en aeropuertos, carreteras, estaciones de autobús y zonas urbanas dentro de esa franja de 100 millas.
Diversas organizaciones (como la ACLU, American Immigration Council, y WOLA) han sido críticas por la amplitud de esta norma, ya que en la práctica permite a CBP realizar controles en el interior del país, donde muchos residentes ni siquiera saben que están dentro de una “zona fronteriza”.
Esta es precisamente la razón por la cual la administración estaría buscando una estrategia más agresiva y visible al poner a la Patrulla Fronteriza (CBP) al frente de las redadas internas, desplazando a ICE, que por décadas ha sido la responsable de la persecución migratoria en las calles.
Dicho cambio respondería a una “frustración operativa”. Mientras ICE ha mantenido una estructura más burocrática y lenta, CBP con tácticas de campo más flexibles y un enfoque tipo militar está demostrando ser, según la Casa Blanca, más “efectiva” para cumplir las metas de detención.
¿Por qué cambiar de estrategia si se alcanzan cifras récord de deportaciones?
Paradójicamente, los números y diversas investigaciones demuestran que la aplicación de la ley al interior del país por parte de ICE está dando resultados, pues mientras anteriores gobiernos concentraron la mayor parte de las expulsiones en los cruces fronterizos, la administración Trump 2.0 ha trasladado el foco al interior del país donde cerca del 60 % de las deportaciones fueron ejecutadas por ICE, según el Instituto de Política Migratoria. (https://www.migrationpolicy.org/news/new-era-enforcement-trump-2)
Y es que ICE se ha venido convirtiendo en el eje operativo de un sistema de deportaciones masivas superando, según las estimaciones del Instituto de Política Migratoria (MPI), las 340 mil deportaciones en el año fiscal 2025. Esto representa un incremento del 25 % en comparación con el trabajo hecho por la agencia durante el 2024, en el que alcanzó cerca de 272 mil o más que las 143 mil logradas en 2023. (iceAnnualReportFY2024.pdf).
Para lograr el objetivo de deportaciones masivas, la administración ha ampliado la coordinación entre las agencias federales y reforzado la cooperación con las fuerzas estatales y locales, esto ha repercutido en un aumento acelerado de la capacidad de detención y en la ampliación de la vía expedita para la expulsión que se ha logrado gracias también a nuevos acuerdos para repatriar a las personas a terceros países.
Los resultados de ICE en 2025 superan ampliamente a los de CBP, es decir, el número de personas deportadas que vivían al interior de los Estados Unidos es muy superior al de las detenidas por la Patrulla Fronteriza al intentar cruzar de manera indocumentada la frontera Suroeste.
De hecho, según estimaciones del MPI, las deportaciones diarias de ICE se duplicaron, pasando de 600 en enero a 1.200 desde junio. Este aumento se produjo al mismo tiempo que se disparó el número de inmigrantes llevados a centros de detención.
En 2025 ICE ha multiplicado detenciones mientras CBP ha restado
Desde el inicio del gobierno Trump, el número promedio de inmigrantes en centros de detención de ICE ha crecido de manera gradual, alcanzando los cerca de 60.000 con corte a septiembre de 2025, justo al cierre del año fiscal.
Mientras que para octubre de 2024 las estadísticas mostraban que CBP había detenido cerca de 25 mil inmigrantes, para el cierre del año fiscal 2025, la cifra se ubica en cerca de 12.000, mostrando una disminución del 48 % aproximadamente, lo cual tiene una clara explicación y es que la agresiva política migratoria de la actual administración ha llevado a que miles de personas ni siquiera intenten cruzar a territorio estadounidense.
Por su parte, mientras ICE detenía cerca de 15.000 inmigrantes en octubre de 2024, esa cifra aumentó a 45.000 personas detenidas por la agencia para finales de septiembre de 2025, lo que marca un incremento del 67 %.
El fortalecimiento de la estrategia de la política migratoria con enfoque en el interior del país se marca de manera clara. Desde enero de 2025 el número de detenidos por parte de CBP empezó a caer drásticamente, mientras que los capturados por ICE incrementaron de gran manera pasando de unos 25.000 detenidos a 60.000 a finales de septiembre, un aumento del 59 %. (https://www.ice.gov/detain/detention-management)
Más presupuesto, más control, más redadas, pero…
Poner el foco de las deportaciones en el interior del país tiene importantes repercusiones operativas, dado que dichas expulsiones requieren de muchos más recursos y conllevan mayores costos individuales y sociales.
La administración ha llevado al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas ICE a cambios constantes durante el 2025 que, si bien le han permitido tener un mayor control y ejercer su autoridad en materia migratoria, aún no cumple las expectativas y metas trazadas por el Gobierno.
Desde que la administración se propuso como meta más de 3.000 arrestos diarios a principios del año, la agencia ha estado en constante evolución directiva, institucional y operativa. Una de las últimas decisiones y más controvertidas es el cambio de por lo menos 12 de los 25 directores de oficinas de campo de ICE que serán reemplazados, en su mayoría, con funcionarios de la Patrulla Fronteriza en una reestructuración de liderazgo sin precedentes. Estamos hablando del 50 % de altos directivos que la actual administración considera, no están cumpliendo las metas.
Hemos conocido que los directores de Denver, Los Ángeles, Filadelfia, Phoenix, San Diego, El Paso, Seattle/Portland y Nueva Orleans han sido reasignados a otros puestos. Según Inmigration Forum, los reemplazos están siendo evaluados por el comandante de la Patrulla Fronteriza, Gregory Bovino, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y el asesor de la Casa Blanca, Corey Lewandowski. (https://forumtogether.org/article/legislative-bulletin-friday-october-31-2025/)
El objetivo detrás de esta movida sería robustecer y hacer más fuerte la operación contra los inmigrantes indocumentados y aquellos involucrados en temas delincuenciales.
Altos funcionarios de la administración han expresado su preferencia por las tácticas de la Patrulla Fronteriza, que incluyen el despliegue de helicópteros en edificios residenciales y operativos en estacionamientos de comercios. Esto ha generado incluso tensiones internas en el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), donde muchos no están de acuerdo con las nuevas directrices.
Inmigrantes atrapados entre el miedo y la incertidumbre
Mientras el debate migratorio en Estados Unidos se recrudece, la vida de los inmigrantes en medio de toda esta tensión se acerca más a la frontera del miedo y la incertidumbre.
De acuerdo con una encuesta realizada por KFF en el primer semestre de 2025, cuatro de cada diez inmigrantes tenían temor de que ellos o un familiar pudiera ser detenido o deportado. Un dato que no solo refleja la incertidumbre frente a las políticas migratorias, sino también el impacto psicológico de vivir bajo la amenaza constante de operativos de ICE. (https://www.kff.org/racial-equity-and-health-policy/kff-survey-of-immigrants-views-and-experiences-in-the-early-days-of-president-trumps-second-term/)
El mismo estudio reveló que 1 de cada 8 inmigrantes y 1 de cada 5 inmigrantes legalmente presentes en Estados Unidos, afirmó haber limitado su participación en actividades cotidianas como trabajar, ir a eventos comunitarios o buscar atención médica por temor a llamar la atención de las autoridades sobre su estatus migratorio. El 36 %, por ejemplo, afirmó que “no está seguro” de si ICE o CBP pueden hacer detenciones en “lugares sensibles” como escuelas u hospitales.
Pero esta percepción no es aislada, según el Pew Research Center, la mayoría de los estadounidenses (54 %) desaprueba que ICE incremente redadas en lugares de trabajo o comunidades. Aunque la cifra muestra un rechazo generalizado a las tácticas más severas, también evidencia la persistente división política, pues el apoyo a las redadas es mayor entre votantes republicanos, mientras que los demócratas las ven como una medida desproporcionada y poco efectiva. (https://www.pbs.org/newshour/politics/what-americans-think-about-trumps-deportations-right-now)
Este mismo estudio encontró que el 54 % de los adultos consultados coinciden en que las acciones de ICE “han ido demasiado lejos”, frente al 18 % que afirma que no ha sido lo suficiente. Entre tanto, el 26 % opina que están “más o menos adecuadas”.
Otra investigación del “Latino Democracy Survey” elaborada por BSP Research en julio de 2025, confirma esta tendencia, pues casi el 50 % de los latinos apoya únicamente deportaciones enfocadas en personas con antecedentes criminales, mientras que el resto considera que los operativos masivos destruyen la confianza en las instituciones y debilitan la cohesión social. (https://bspresearch.com/wp-content/uploads/2025/07/Latino-Democracy-Survey-Deck.pdf)
Otro informe de UnidosUS, una de las organizaciones latinas más influyentes del país, reveló que la prioridad de la mayoría de los votantes latinos no es la deportación, sino la búsqueda de alternativas legales y soluciones humanitarias.
Estos y otros estudios advierten sobre el impacto emocional, económico y social que los operativos masivos de las autoridades migratorias están teniendo en las familias migrantes, pues en algunos estados es mucho más frecuente ver el fenómeno del ausentismo escolar, el rechazo social y la pérdida de confianza en las autoridades.
¿Qué dicen las asociaciones defensoras de migrantes sobre las nuevas tácticas?
Las asociaciones defensoras de inmigrantes en Estados Unidos han emitido diversas denuncias sobre las actuaciones de ICE durante 2025, señalando prácticas que, según casos conocidos, violan estándares internacionales de derechos humanos y generan un clima de temor.
Por ejemplo, un informe conjunto presentado por una coalición de 23 entidades ante el United Nations Human Rights Council (UPR) advierte que el país “continúa violando los derechos humanos de los no ciudadanos mediante detención masiva, negación de debido proceso, policía abusiva y discriminatoria, explotación laboral y represión del espacio cívico”. (https://rfkhumanrights.org/wp-content/uploads/2025/04/FINAL-UPR-Imm.-Coalition-Submission_4.7.25.pdf)
Estas organizaciones remarcan que la detención migratoria se ha convertido en un elemento de control que afecta a personas que han vivido años en el país o llegaron buscando protección, sin que el sistema les brinde las garantías básicas. (https://immigrantjustice.org/issues/detention-and-enforcement/)
Además, un estudio divulgado por Physicians for Human Rights junto al Peeler Immigration Lab y Harvard Law School documentó que entre abril de 2024 y mayo de 2025 por lo menos 10.588 personas en custodia de ICE estuvieron sometidas a aislamiento solitario, una práctica que “causa daños físicos y psicológicos devastadores”. (https://phr.org/news/ice-subjected-10500-people-to-solitary-confinement-over-14-months-as-the-cruel-practice-surges-report/)
¿Cuál ha sido el impacto real de los cambios de ICE en 2025 sobre los inmigrantes?
Los cambios de ICE en 2025, tanto directivos como operativos, han tenido profundas repercusiones sobre los inmigrantes legales e indocumentados. Bajo el argumento de reforzar la seguridad nacional y “restaurar el orden migratorio”, la agencia amplió su capacidad de detención, modificó sus protocolos de actuación y redefinió su estrategia interna.
Hasta antes de enero de 2025, ICE tenía restricciones de operar en zonas establecidas como “lugares sensibles”, entendiendo por esto escuelas, hospitales e iglesias, allí estaba prohibido realizar arrestos migratorios, pero las nuevas políticas han marcado un punto de inflexión. La agencia ahora puede ejecutar detenciones en prácticamente cualquier lugar, lo que ha generado un ambiente de miedo y zozobra generalizado.
Sumado a esto, desde julio de este año y tras un memorando interno, ICE estableció que las personas detenidas al ingresar de manera irregular a Estados Unidos pueden permanecer bajo custodia durante todo su proceso de deportación sin derecho a audiencia de fianza ante un juez de inmigración.
ICE reforzó el control sobre las empresas y empleadores mediante un aumento de auditorías y redadas en los lugares de trabajo. Las multas por contratación de trabajadores sin autorización se elevaron hasta los 28.000 dólares por violación para reincidentes, y las inspecciones del formulario I-9 se intensificaron a nivel nacional.
CBP gana protagonismo frente a ICE en la nueva estrategia migratoria del gobierno Trump
El traslado de personal y mando operativo desde la Patrulla Fronteriza (CBP) hacia el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) refleja más que una simple reorganización institucional, podría suponer un cambio táctico profundo en la política migratoria estadounidense.
CBP ofrece al gobierno mayor impacto, pues su presencia en helicópteros, operativos conjuntos y patrullajes urbanos proyecta una imagen de control y eficacia que se ajusta al discurso de mano dura contra la inmigración promulgado por el gobierno. Esa percepción es la que ha impulsado a la administración a fortalecer el papel de CBP, trasladando su modelo táctico para ejercer autoridad en el interior del país.
Con la decisión, la administración estaría apostándole a la estrategia de privilegiar un enfoque más directo, rápido y contundente en la aplicación de las leyes migratorias. Al adoptar las tácticas de CBP que incluyen operaciones más agresivas y visibles, la administración buscaría resultados que respalden sus metas de deportación masiva.
Sin embargo, está por verse si esa imagen de mayor autoridad y eficacia traspasa la línea de irrespeto a los derechos, pues algunas asociaciones defensoras argumentan que el desplazamiento de facultades de CBP hacia operaciones al interior del país y la disminución de supervisión y protecciones básicas, aumentan el riesgo para los migrantes que ya viven en EE. UU., ya que podrían enfrentarse a mayores detenciones, deportaciones o abusos de derechos esta vez lejos de la frontera.
CBP llama a exagentes y les ofrece trabajar con doble sueldo
Hace pocos días CBP anunció que los exagentes de la Patrulla Fronteriza y oficiales retirados podrán reincorporarse al servicio, ofreciéndoles una oportunidad para volver a las filas de la agencia conservando sus beneficios de jubilación. La agencia anunció que al doble sueldo podrán aplicar los jubilados que reúnan los requisitos, sin reducciones ni compensaciones.
Sin embargo, este giro nos deja algunos interrogantes sobre los límites legales y humanitarios que tendrán los oficiales de una agencia que originalmente fue concebida para operar en la frontera, pero que ahora comenzará a actuar de manera protagónica en las calles de Estados Unidos.
¿Cómo son los números de CBP?
La Patrulla Fronteriza registró 444 mil encuentros con inmigrantes en los puertos de entrada durante el año fiscal 2025. De estos 238 mil fueron realizados por la Patrulla Fronteriza contra migrantes que cruzaron la frontera sin autorización y representaron el nivel más bajo en 55 años. Los 206.000 restantes fueron encontrados en los puertos de entrada por la Oficina de Operaciones de Campo de la CBP. (https://www.migrationpolicy.org/news/new-era-enforcement-trump-2)
Según el análisis del Instituto de Política Migratoria de febrero a septiembre, la Patrulla Fronteriza procesó a más del 94 % de los migrantes que encontró para lograr su expulsión acelerada, la restitución de la orden de expulsión, el retorno voluntario o la detención por parte de ICE.
Los ciudadanos mexicanos representaron el 45 % de los encuentros con la Patrulla Fronteriza en octubre de 2024, porcentaje que aumentó al 69 % en septiembre de 2025. Durante el mismo período, el porcentaje de migrantes de países distintos de México, Guatemala, Honduras, Colombia o Venezuela disminuyó del 28 % al 11 %.
Por su parte, el encuentro con ciudadanos de Guatemala y Honduras se mantuvo prácticamente estable, mientras que con ciudadanos colombianos pasó del 7 % en octubre de 2024 al 1 % en septiembre de 2025.
ICE: menos criminales, más inmigrantes sin antecedentes
La evolución mensual de los arrestos realizados por ICE durante el año fiscal 2025 muestra un cambio progresivo en el perfil de los detenidos. Mientras al inicio del período octubre y diciembre de 2024 predominaban las capturas de inmigrantes con antecedentes criminales (entre el 63 % y el 65 % del total), a partir de marzo de 2025 se observa una reducción sostenida de este grupo, que cae hasta 35 % en septiembre de 2025. Paralelamente, aumenta de forma marcada la proporción de personas clasificadas como otros infractores migratorios, es decir, individuos sin cargos penales, pero con violaciones administrativas o de estatus migratorio. Este grupo pasa de representar apenas 6 % en octubre de 2024 a más del 35 % al cierre del año fiscal.
Este cambio en las cifras evidencia una modificación táctica en la operación de ICE, que ha ampliado su rango de operación más allá de los inmigrantes con antecedentes delictivos para atrapar, incluso, a quienes simplemente se encuentran en situación irregular. En otras palabras, esto mostraría que la agencia está priorizando la cantidad de arrestos por encima del enfoque de criminales convictos o con procesos pendientes.
Esta brecha en el control migratorio podría explicar por qué la administración Trump busca integrar parte del modelo operativo de CBP en ICE.
Entre el miedo y la expansión del control
Si los inmigrantes ya viven con temor ante las tácticas actuales de ICE, la llegada de agentes y estrategias de la Patrulla Fronteriza (CBP) a sus equipos podría amplificar ese miedo a niveles sin precedentes. Las encuestas revelan que una parte significativa de la comunidad migrante ha modificado su vida cotidiana por miedo a ser detenida, y que incluso quienes cuentan con estatus legal se sienten inseguros frente a la ambigüedad de las nuevas reglas.
Con la incorporación de personal de CBP, una agencia entrenada para el control fronterizo y no para la convivencia en zonas urbanas, el panorama migratorio en el interior del país podría volverse más tenso. La línea entre seguridad y persecución se difumina, y el mensaje que llega a las comunidades es que no hay espacio seguro: ni en el trabajo, ni en la escuela, ni en el hospital.
El costo humano de esta expansión del control no se mide solo en cifras de deportaciones, sino en el impacto psicológico, social y económico sobre familias enteras. Si el miedo es hoy una constante bajo la sombra de ICE, su combinación con el músculo operativo y la táctica visible de CBP podría transformar ese temor en una nueva era de desconfianza generalizada, donde cada patrulla, helicóptero o visita inesperada se sienta como una amenaza a la estabilidad y al derecho a permanecer.