¡Inmigrante, Hispano, Protector de los Míos!

Abogado de Inmigración en Estados Unidos

Cuando el miedo entra a clase: el impacto de las redadas de ICE en los estudiantes inmigrantes

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Las políticas migratorias impulsadas por la segunda administración de Donald Trump han tenido efectos que trascienden los titulares y las fronteras y, sin temor a equivocarme, podría decir que el impacto más silencioso se vive dentro de las aulas de clases.   

El endurecimiento de las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU (ICE por sus siglas en inglés) y la presión sobre las comunidades inmigrantes están alterando los patrones de asistencia escolar en distritos de todo el país, especialmente en aquellos con alta concentración de estudiantes inmigrantes, hispanos o con padres indocumentados.  

En particular, las familias inmigrantes viven una doble presión: mantener a sus hijos en las aulas mientras sortean el miedo constante a la deportación o a la separación familiar, los pupitres vacíos no se deben solo a enfermedades o mudanzas, sino al miedo. Por eso, en esta investigación especial ahondaré en esta realidad y haré una radiografía de cómo está el panorama en el país.  

Empezaré por exponer un dato diciente que nos permitirá entender el panorama: una investigación reciente del Instituto de Política Económica de Stanford (SIEPR por sus siglas en inglés) con corte a junio, documenta un aumento del 22 % en las ausencias escolares, puntualmente en los distritos de California, los cuales han sido expuestos a una aplicación más estricta de la ley migratoria.   

Este hallazgo coincide con los datos que he analizado en esta investigación en la que crucé datos de detenciones del ICE; la Fundación Kaiser (KFF) y el Centro Nacional de Estadísticas de Educación (NCES). 

 

Radiografía de los estudiantes inmigrantes  

Según las Proyecciones de Estadísticas Educativas del Centro Nacional de Educación (NCES), hasta finales de 2025 el sistema público de EE. UU. alcanzará unos 50 millones de estudiantes, con una composición cada vez más diversa dentro de los alumnos: los hispanos o latinos representarán entre el 28 % y el 29 %, frente al 16 % registrado en el año 2000, lo que claramente muestra un incremento de más de 12 puntos porcentuales.   

En ese contexto demográfico y de acuerdo con la más reciente encuesta de Educación y Salud de la Fundación Familiar Kaiser (KFF) alrededor de 5.5 millones de niños en edad escolar pertenecen a familias inmigrantes, lo que refleja el peso creciente de esta población en las aulas estadounidenses.  

 Los datos de la Encuesta de Educación y Salud de la Fundación Familiar Kaiser (KFF, 2025) muestran que cerca de 9 millones de niños entre los 5 y los 17 años en edad escolar hacen parte de familias inmigrantes en Estados Unidos. Aunque la proporción varía ampliamente entre estados, el fenómeno muestra una clara concentración geográfica en el sur y el suroeste:  

  • California y Texas encabezan la lista con el 22 % y 15 %, respectivamente, del total nacional, reflejando su larga historia como puntos focales de migración, así como su peso demográfico.
  • Florida y Nueva York con el 7 % y 6 % respectivamente también concentran una fracción importante, lo que confirma la relevancia de estos estados como corredores migratorios. 
  • En cambio, los estados del centro del país y lejanos a la frontera presentan participaciones mucho menores entre los que se encuentran: Dakota del Norte y del Sur, Montana, Maine, Vermont, Wyoming, Alaska y Mississippi, en ellos, el impacto migratorio en el sistema educativo es limitado.  

 

Redadas y miedo escolar: el otro costo de la política migratoria  

El vínculo entre las operaciones migratorias y la asistencia escolar se ha hecho cada vez más evidente. Según el Proyecto de Datos de Deportación, entre enero y agosto de 2025 el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizó 77.740 arrestos, concentrados principalmente en Texas (20.150), Florida (9.080) y California (5.860).  

Aunque las cifras podrían parecer netamente policiales, sus efectos se reflejan en las aulas, como señale al inicio de esta investigación, el Instituto de Investigación de Política Económica de Stanford (SIEPR) demostró que, en lo corrido de 2025, en distritos con alta actividad de ICE como California, la asistencia escolar de estudiantes latinos cayó hasta un 22 %, en comparación con zonas sin redadas.  

Si cruzamos estas cifras con los datos de niños en edad escolar que viven en familias inmigrantes, surgen hallazgos importantes: 

  • California, Texas y Florida concentran el 45% de todos los niños inmigrantes del país y al mismo tiempo 42% de los arrestos nacionales, mostrando una relación directa entre concentración de población inmigrante y actividad de control. 
  • California tiene la mayor población infantil inmigrante (22.45%), pero un porcentaje moderado de arrestos (7%), indicando menor intensidad de detenciones. 
  • Texas presenta la mayor proporción de arrestos en relación con su número de niños inmigrantes: 24% de los arrestos con 15.5% de la población infantil inmigrante. 
  • Washington aparece entre los 10 con más niños inmigrantes, pero con baja incidencia de arrestos (1%), lo que podría reflejar una política estatal más protectora o menor actividad de ICE. 

Otros estados con altos números son: Georgia con 3.280, Virginia con 2.820, Tennessee con 2.580 y Nueva York con 2.810, allí se evidencia que las redadas ya no se limitan a zonas fronterizas, sino que también se extienden hacia otros estados de EE. UU., aunque en menor proporción.   

Estos patrones nos permiten deducir que las redadas de ICE no solo afectan a los adultos inmigrantes detenidos, sino que producen efectos invisibles o poco visibilizados en las escuelas tales como el miedo a la deportación de los padres o ausentismo recurrente.   

Datos recientes del Panel de Pulso Escolar del Centro Nacional de Estadísticas de Educación refuerzan esta conexión: el 70 % de las escuelas públicas reportaron un aumento de ausencias durante el ciclo 2024–2025, especialmente por “faltas innecesarias” la cuales pueden estar motivadas por precaución o miedo ante posibles encuentros con ICE.  

 

El miedo, una nueva variable en el sector educativo de EE. UU   

A esta radiografía se le suma otro dato que nos permite entender la magnitud del problema, precisamente los resultados de la Encuesta de Educación y Salud de 2025 revelan cómo el miedo a las políticas migratorias está alterando decisiones cotidianas en miles de hogares e influyendo en las dinámicas escolares.   

Por un lado, el 45 % de los padres migrantes teme que sus hijos sean interrogados o señalados en la escuela por su estatus migratorio o el de su familia, sin duda este miedo, más que simbólico, se traduce en una vigilancia constante: padres que posiblemente evitan reuniones escolares, niños que faltan a clase por precaución y comunidades enteras que viven en alerta.  

Aún más preocupante es que uno de cada tres hogares inmigrantes (33 %) ha considerado retirar temporalmente a sus hijos del sistema público como mecanismo de autoprotección y el 12 % de las familias con padres indocumentados ya ha cambiado de escuela o distrito para reducir la exposición a redadas o notificaciones de autoridades migratorias.  

Estas cifras evidencian que el miedo se ha convertido en una variable educativa, si bien invisible o poco visibilizada, latente en el día a día de los niños, niñas y adolescentes inmigrantes, una variable que condiciona su asistencia, estabilidad emocional y rendimiento académico. 

 

La asistencia escolar se estanca y los estados del sur reportan el mayor aumento de ausencias 

Aunque el 44 % de las escuelas públicas del país declaró una leve mejora en la asistencia durante 2025, los datos del Centro Nacional de Estadísticas de Educación (NCES) revelan que la recuperación es desigual. 

El 13 % de los distritos afirma que las ausencias aumentaron y la cifra es ligeramente más alta en los estados del Sur con un 14 %, región que coincide con los mayores niveles de operativos migratorios y de concentración infantil inmigrante.  

El Oeste, donde se ubican estados como California, Arizona y Nevada, muestra una tendencia mixta: un 10 % de los centros reportó una fuerte disminución de ausencias, mientras que el 12 % advierte que persisten.   

En contraste, el Noreste reporta el comportamiento más estable, con un 45 % de escuelas en las que la asistencia “se mantuvo igual”, reflejo de entornos educativos menos expuestos a la presión migratoria.  

Lo que los datos del Centro Nacional de Estadísticas de Educación confirman es que el ausentismo escolar no responde solo a factores académicos o de salud, sino también al clima político y migratorio; las regiones con más redadas o discursos antiinmigrantes son también las que muestran los mayores retrocesos en la asistencia a clases. 

 

Un nuevo rostro en las escuelas de Estados Unidos 

Entre el año 2000 y la proyección para 2025, las escuelas públicas de Estados Unidos han experimentado una transformación profunda en su composición étnica y racial. Aunque la matrícula total crece de 47 a 50 millones de estudiantes, un incremento modesto del 6.4 %, el cambio interno en la distribución de los grupos es marcadamente estructural. 

El porcentaje de estudiantes blancos desciende de manera significativa, pasando del 61 % al 43 %, lo que equivale a una reducción de 18 puntos porcentuales y marca el fin de una mayoría histórica. La población negra también se reduce ligeramente, del 17 % al 14 %, lo que evidencia un estancamiento en su participación relativa. 

En contraste, el grupo hispano es el gran protagonista del cambio. Los estudiantes latinos aumentaron del 16 % al 29 % en 25 años, un crecimiento del 81 % que los consolida como la comunidad de mayor expansión en el sistema educativo. Además, los alumnos que se identifican con dos o más razas triplican su representación, pasando del 2 % al 6 %, fenómeno que responde al incremento de familias multiculturales y a la mayor aceptación de identidades diversas. 

En síntesis, entre 2000 y 2025, la matrícula apenas varía en volumen, pero se redefine en su composición: el aula estadounidense pasa de ser mayoritariamente blanca a una estructura multicultural y multirracial, donde los hispanos emergen como la nueva mayoría en crecimiento. 

Mientras tanto, del 2020 al 2025, la proporción de estudiantes blancos desciende del 45 % al 43 %, mientras que la población negra cae del 15 % al 14 %, evidenciando una reducción más lenta que en décadas previas. En sentido contrario, la proporción de alumnos hispanos crece de 27 % a 29 %, confirmando su papel como el grupo de mayor expansión. El resultado es un sistema educativo que mantiene su volumen total, pero en el que los grupos tradicionalmente minoritarios continúan ganando peso. 

 

Las fronteras migratorias también se sienten en las aulas  

Las políticas migratorias impulsadas durante 2025 han tenido efectos que trascienden los titulares y las fronteras, pero como abogado experto en temas de inmigración podría decir que el impacto más silencioso se vive dentro de las aulas de clase.  

El efecto invisible de las redadas de ICE se mide no solo en números, sino en silencios: en los pupitres vacíos, en los niños que dejan de participar por temor a ser señalados o en las familias que cambian de residencia sin previo aviso para evitar ser rastreadas.   

Distritos escolares en Texas, Florida y California, los mismos estados donde el ICE ha concentrado la mayoría de sus operativos en 2025, con 20.150, 9.080 y 5.860 arrestos respectivamente, según el Deportation Data Project, reportan fluctuaciones significativas en la asistencia y un clima escolar marcado por la incertidumbre.  

Este fenómeno tiene también una dimensión estadística. De acuerdo con el Panel de Pulso Escolar del Departamento de Educación de EE. UU. (NCES), con corte a 2025, el 70 % de las escuelas públicas indicaron que los estudiantes faltaron más de lo habitual durante el año, muchas veces por síntomas menores o por permanecer en casa innecesariamente, lo que refleja cómo el miedo y la tensión familiar agravan un problema ya existente de ausentismo.  

Por su parte, un análisis reciente del Instituto de Política Económica de Stanford (SIEPR) documenta un aumento del 22 % en las ausencias escolares en el estado de California expuestos a una aplicación más estricta de la ley migratoria, lo que sugiere una correlación directa entre la intensificación de redadas y la caída en la asistencia escolar.  

No es coincidencia que los estados más activos en operativos del ICE, Texas, Florida y California concentren también la mayor cantidad de niños en edad escolar que viven en familias inmigrantes: 2 millones en California, 1,39 millones en Texas y 659.000 en Florida, según el Centro Nacional de Estadísticas de Educación (NCES).   

Cuando se cruzan ambas variables, la correlación es clara: los estados con más operativos migratorios son también los que reportan mayores temores parentales y alta variabilidad en la asistencia.  

Detrás de cada cifra hay una historia que no se cuenta: la de un niño, niña o adolescente que falta a clase porque su familia tiene miedo, la del maestro que nota pupitres vacíos, o la del padre que duda si llevar a su hijo a la escuela.   

Las redadas migratorias no solo separan familias, también interrumpen sueños. El miedo se ha metido en las aulas y está dejando huellas que no se miden solo en números, sino en silencios, ninguna política debería tener como consecuencia que un niño deje de aprender por miedo. 

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Abogado Quiroga

Héctor Quiroga

Abogado de Inmigración en Estados Unidos. Nuestra oficinas principales están localizadas en Spokane, Tri Cities (Kennewick) en el estado de Washington y en Las Vegas, Nevada.

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