El efecto ICE: redadas en EE. UU. impulsan remesas a Centroamérica y las frenan hacia México, te cuento por qué

Las redadas de ICE durante el segundo mandato del gobierno Trump han impactado directamente en el envío de remesas desde los Estados Unidos. Mientras se impulsa hacia países de Centroamérica, pasa todo lo contrario para México.
Las remesas se han convertido, según un estudio reciente que conocimos del Consejo Monetario Centroamericano (SECMCA), en el salvavidas económico de muchos de estos países. Acorde a datos de los bancos centrales y del Consejo Monetario, en lo que va del 2025, las remesas para Guatemala, Nicaragua, Honduras y El Salvador aumentaron un 20% como consecuencia de las políticas migratorias, las redadas laborales y deportaciones.
En los últimos años, según esta entidad, este ingreso se ha constituido en uno de los principales flujos de divisas que dinamizan sus economías, superando en muchos casos al de las exportaciones y la inversión extranjera directa. En naciones como El Salvador, Honduras y Nicaragua equivalen al 27 % de su PIB, mientras que en Guatemala superan el 19%. (https://www.secmca.org/impacto-del-costo-de-envio-en-los-flujos-de-remesas-hacia-centroamerica-y-republica-dominicana-del-costo-de-envio-en-los-flujos-de-remesas-hacia-centroamerica-y-republica-dominicana/)
¿A qué se destinaron las remesas en estos países en 2024?
Las remesas enviadas desde los Estados Unidos tienen un efecto directo en el consumo de los hogares y la actividad económica, con especial énfasis en el comercio y la construcción. En El Salvador, los datos del Banco Central de Reserva muestran que durante el año 2024 casi la totalidad de las remesas (98.7 %) se destinaron al consumo, mientras que apenas un 1.3 % se dedicaron a la inversión. En Guatemala, según la encuesta de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM, 2022), el consumo concentra el 58.4 % de los recursos, seguido de inversión y ahorro (29 %), y salud y educación (12 %).
En Honduras, el 76 % de los hogares destina las remesas a manutención (alimentación, servicios y vestimenta) y solo una pequeña porción se asigna a educación (2.9%), ahorro (2.5 %) e inversión y negocios (1.4%). Esto lo que nos muestra es que las remesas se han convertido principalmente en estos países en un mecanismo de subsistencia.
¿Qué está pasando con las remesas hacia México? 
Un estudio liderado por el BBVA Research advierte que, en mayo de 2025, las remesas a México cayeron un 4,6 % en comparación con el mismo mes del año anterior, llegando solo a los 5.360 millones de dólares.
Desde principios de 2025, estos envíos han registrado caídas que no se veían desde hace más de una década, afectadas por una combinación de factores. En abril de 2025, por ejemplo, las remesas cayeron 12 % anual, la mayor desde septiembre de 2012, lo que se explica en parte por una disminución tanto en el número de transacciones (menos personas enviando dinero) como en el monto promedio por envío.
Aunque no existen razones determinantes, las condiciones laborales de los migrantes mexicanos en Estados Unidos podrían ser un factor de la reducción. No es un secreto que actualmente en Estados Unidos persiste un deterioro del mercado laboral y a su vez un temor creciente entre los migrantes, especialmente los indocumentados, ante políticas de inmigración más estrictas. Las redadas, la cancelación de protecciones migratorias y el aumento de deportaciones han generado que muchos de ellos eviten salir a trabajar o envíen menos dinero para minimizar su riesgo.
Tampoco se descarta que la caída en el envío de remesas por parte de ciudadanos mexicanos esté asociada a la valorización de su moneda frente al dólar, lo que a la luz reduciría el monto real que reciben los hogares al convertir las remesas. Para BBVA este factor es muy relevante en el análisis sobre la caída de remesas en 2025.
Por ahora el panorama es incierto para miles de inmigrantes, ya que la entrada en vigor de un nuevo impuesto del 1% a las remesas en EE. UU. a partir de 2026 podría traer mayores preocupaciones. Ciertos envíos tendrían un costo adicional que podría reducir aún más los montos enviados o incentivar a que se usen canales alternativos menos formales. se estima que este impuesto podría disminuir los envíos hacia México en hasta US$2,000 millones.
Según estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ocho de cada diez migrantes latinoamericanos envían dinero para pagar comida, vivienda y transporte de sus seres queridos en sus países de origen.
								




															
															
